La falta de estudios nacionales y extensos sobre la prevalencia del dolor crónico en Chile hace que los resultados del estudio “Radiografía del Dolor en Chile”, realizado por la Universidad Católica de Chile (UC) y la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS), sean de gran valor para conocer la situación y los efectos de esta condición en la población chilena.
Los principales hallazgos del estudio muestran la prevalencia del dolor crónico y cómo se ve influenciada por la edad y el género. Se estima que en el país la prevalencia general es de 26,2%. En personas de 25 a 34 años es de 20,8% y sobre los 55 años llega aproximadamente a un 34,5%; por sexo la incidencia es de 32,9% en mujeres y 18,9% en personas de sexo masculino.
La investigación se basó en entrevistas telefónicas a una muestra representativa a nivel nacional de 3.012 personas de 18 años o más, con la que se pudo determinar la prevalencia del dolor crónico, así como su gravedad e impacto en la población encuestada.
Entre los datos recogidos por el estudio, sobresale uno relacionado con el impacto del dolor crónico en la calidad de vida de la población, pues interfiere y afecta en actividades cotidianas de los entrevistados, tales como tareas diarias, recreativas y laborales.
En una escala de 0 a 10, donde 0 significa ninguna interferencia y 10 interferencias máximas, los entrevistados reportaron un promedio de 5,7 de afectación en sus tareas diarias, un 4,7 en la capacidad para participar de actividades recreativas y sociales y un 4,6 en actividades laborales.
El dolo crónico en Chile y el paciente
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Un aspecto relevante para el diagnóstico y tratamiento fue conseguir un parámetro o indicador fiable respecto de la intensidad del dolor en cada paciente, ya que la experiencia es totalmente personal y, ante un mismo dolor, la percepción es variable.
La prevalencia y magnitud de esta patología, tanto los prestadores privados y la red pública de salud han tenido que desarrollar un servicio específico, como lo son las Unidades de Dolor Crónico. Estas tienen el propósito de implementar un manejo médico integral a los pacientes con esta enfermedad, que considere e integre especialidades relacionadas con los diferentes ámbitos de la salud física y mental.
El dolor crónico no se trata solo con analgésicos, es importante la participación de varias especialidades y profesiones. Esto se logra de forma óptima en las Unidades de Dolor Crónico, donde todos actúan simultáneamente en lo que se conoce como trabajo transdisciplinario, teniendo al paciente en el centro.
Entre las enfermedades que presentan dolor crónico más intenso están algunas oncológicas como el cáncer de páncreas, de riñón y metástasis óseas. Entre las no oncológicas el dolor crónico más frecuente es el lumbago, de distintas causas. Actualmente, la fibromialgia está alcanzando cifras cada vez mayores. También sobresalen la artritis, artrosis y dolor neuropático.
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