Vivir con fibromialgia es una experiencia que varía enormemente de una persona a otra, pero hay aspectos comunes que muchos pacientes comparten. La fibromialgia es una condición caracterizada por dolor crónico generalizado, fatiga y sensibilidad en múltiples puntos del cuerpo. A menudo, quienes la padecen también experimentan trastornos del sueño, rigidez matutina y problemas cognitivos conocidos como «fibro niebla», que incluyen dificultades de memoria y concentración.
El dolor asociado con la fibromialgia puede ser debilitante y persistente. Se describe a menudo como un dolor profundo, quemante o latente que puede variar en intensidad. Este dolor puede afectar cualquier parte del cuerpo y a menudo se exacerba por factores como el estrés, el clima y la actividad física. La persona que vive este padecimiento se le dificulta hacer actividades de la vida diaria como trabajar, estudiar o cualquier otra tarea que implique esfuerzo físico o mental.
La fatiga en la fibromialgia no es simplemente sentirse cansado; como explicamos, es un agotamiento abrumador que puede interferir con las actividades diarias, especialmente cuando son mujeres. Puede ser tan incapacitante como el dolor mismo y no se alivia con el descanso o el sueño. De hecho, el sueño de las personas con fibromialgia a menudo no es reparador, lo que puede contribuir a la sensación de fatiga durante el día, lo que hace difícil una sensación de plenitud que le ayude a tener energías para hacer los quehaceres.
Vivir con fibromialgia y la salud mental
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Además del dolor y la fatiga, la fibromialgia puede tener un impacto significativo en la salud mental. La ansiedad y la depresión son comunes entre los pacientes, en parte debido a la lucha constante con el dolor y la fatiga, y también por la dificultad de enfrentar una enfermedad crónica. La fibromialgia puede sentirse como una carga invisible, ya que no siempre es aparente para los demás, lo que puede llevar a la incomprensión y el aislamiento social.
Lo cierto es que no se sabe a ciencia cierta que, los padecimientos psicológicos influencia en la aparición de la fibromialgia o viceversa, lo cierto del caso es que cualquiera que sea la situación el factor mental se ve altamente afectado, complicando aún más el panorama.
¿Cómo manejar la fibromialgia?
El manejo de la fibromialgia implica un enfoque multidisciplinario que puede incluir medicamentos, terapias físicas y psicológicas, y cambios en el estilo de vida. Los medicamentos pueden ayudar a aliviar el dolor y mejorar el sueño, mientras que las terapias físicas como la fisioterapia y el ejercicio suave pueden mejorar la fuerza y la flexibilidad. Las terapias psicológicas, como la terapia cognitivo-conductual, pueden ayudar a los pacientes a manejar el impacto emocional de la enfermedad.
Los cambios en el estilo de vida también son fundamentales. Los pacientes pueden necesitar ajustar su nivel de actividad, encontrar maneras de reducir el estrés y aprender técnicas de manejo del dolor. La alimentación saludable y evitar sustancias como la cafeína, el tabaco y el alcohol pueden mejorar los síntomas. Además, el apoyo de familiares, amigos y grupos de apoyo puede ser invaluable en todo momento.
En resumen, vivir con fibromialgia es un desafío diario que requiere adaptación, manejo y apoyo. A pesar de los obstáculos, muchas personas con fibromialgia encuentran maneras de vivir vidas plenas y significativas, adaptándose a su nueva normalidad y encontrando fortaleza en la comunidad y el apoyo mutuo.
Recuerda que si conoces a alguien que sufra de fibromialgia o eres tú quien lo padece, puedes agendar una hora en nuestra web, desde Mejora Tu Dolor, estaremos a gusto de atender tu caso, y no olvides seguirnos en Instagram donde también publicamos contenido de interés.