¿Buscas herramientas de autoayuda para el dolor crónico y no sabes cuál emplear? El dolor crónico se define como aquel que persiste o se repite durante más de tres meses, y que no se alivia con el tratamiento médico habitual. Se estima que afecta a más del 20% de la población mundial, y que tiene un gran impacto negativo en la salud física, psicológica y social de las personas que lo padecen.
El dolor crónico puede tener diversas causas, como por ejemplo enfermedades degenerativas, inflamatorias, neurológicas o autoinmunes, traumatismos, cirugías, infecciones o factores genéticos. Sin embargo, en muchos casos no se encuentra una causa orgánica que lo explique, lo que dificulta su diagnóstico y tratamiento.
No solo implica una sensación desagradable, sino que también genera una serie de consecuencias que afectan a la calidad de vida de las personas, como por ejemplo: alteraciones del sueño, fatiga, depresión, ansiedad, estrés, aislamiento, baja autoestima, pérdida de funcionalidad, dificultades laborales, familiares y económicas, entre otras .
Ante esta situación, es importante que las personas busquen estrategias de autoayuda que les permitan afrontar mejor su condición, reducir su sufrimiento y mejorar su bienestar. Estas estrategias no pretenden sustituir el tratamiento médico, sino complementarlo y potenciarlo, favoreciendo el papel activo y responsable de las personas en el manejo de su dolor.
En este artículo se describen algunas de las herramientas de autoayuda que han demostrado ser útiles para aliviar, basadas en la evidencia científica y en la experiencia de las personas que las han utilizado. Estas herramientas son: técnicas de relajación, control del pensamiento, actividades placenteras y apoyo social. A continuación se explican en qué consisten, cómo se pueden aplicar y qué beneficios se pueden obtener con ellas.
¿Cuáles herramientas de autoayuda para el Dolor Crónico se recomiendan?
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Técnicas de relajación
Las técnicas de relajación son un conjunto de métodos que tienen como objetivo reducir el nivel de activación fisiológica y psicológica que produce el estrés, la ansiedad y el dolor. Al relajarse, se consigue disminuir la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la tensión muscular y la respiración, así como aumentar el flujo sanguíneo y la sensación de bienestar.
Existen diferentes tipos de técnicas de relajación, como por ejemplo: la respiración profunda, la meditación, el yoga y el mindfulness.
Control del pensamiento
El control del pensamiento es una herramienta que tiene como objetivo modificar los pensamientos negativos, irracionales o desadaptativos que se generan en relación al dolor, y que influyen en la percepción, la intensidad y la tolerancia del mismo. Al cambiar los pensamientos, se consigue cambiar también las emociones, las conductas y las sensaciones asociadas al dolor.
Actividades placenteras
Las actividades placenteras son aquellas que producen satisfacción, distracción, diversión, sentido de logro o cualquier otra emoción positiva. Estas actividades pueden ser de diferente tipo, como por ejemplo: leer, escuchar música, pasear, hacer ejercicio, socializar, practicar algún hobby, etc.
Las actividades placenteras tienen varios beneficios para las personas, como por ejemplo:rompen el círculo vicioso del dolor, mejoran la autoestima y la autoeficacia, y favorecen la salud física y mental
Apoyo social
El apoyo social es el conjunto de recursos que ofrecen otras personas o grupos que pueden ayudar a las personas a afrontar mejor su situación, a reducir su sufrimiento y a mejorar su bienestar. Estos recursos pueden ser de diferente tipo, como por ejemplo: el apoyo emocional, el apoyo informativo, el apoyo instrumental, y el apoyo de pertenencia.
En este artículo se han presentado algunas de las herramientas de autoayuda que pueden ser útiles para las personas que sufren, y que se basan en la evidencia científica y en la experiencia de las personas que las han utilizado. Estas herramientas son: técnicas de relajación, control del pensamiento, actividades placenteras y apoyo social.
Tienen como objetivo reducir el nivel de dolor, mejorar el estado de ánimo, aumentar la autoestima, favorecer la salud física y mental, y mejorar la calidad de vida de las personas. Estas herramientas no pretenden sustituir el tratamiento médico, sino complementarlo y potenciarlo, favoreciendo el papel activo y responsable de las personas en el manejo de su dolor.
Se recomienda que las personas con dolor crónico prueben estas herramientas, las adapten a sus preferencias, necesidades y posibilidades, y las practiquen de forma regular, siguiendo las instrucciones de un profesional o de un material de apoyo. Además, se aconseja que las personas acepten el apoyo de otras personas o grupos que puedan ofrecerlo, y que ofrezcan su apoyo a otras personas que también lo necesiten.